Los periódicos embarcados, una rareza bibliográfica

Desde 1890 la construcción de buque trasatlánticos no fue solo un reto técnico sino también una carrera de prestigio nacional. Se buscaba construir barcos más grandes, más rápidos y más lujosos. El refinamiento no solo se plasmaba en la ornamentación y el espacio, sino en los servicios de entretenimiento que se prestaban a los pasajeros:  la biblioteca del barco fue, desde el principio, uno de los aspectos más cuidados.

La calidad y formato de estos periódicos varió mucho con los años y siempre en relación con el tonelaje de los buques: a mayor capacidad, más público al que dirigirse y más espacio para dedicarlo a la impresión.

 


La edición en buques transoceánicos

Denominadas periódicos o revistas, estas publicaciones seriadas eran impresas y editadas, al menos parcialmente, a bordo de buques y contenían noticias de actualidad recibidas diariamente desde tierra. Las publicaciones marinas se hicieron realidad el 7 de febrero de 1903 a bordo del transatlántico Etruria de Cunard. Al principio fue un proyecto pequeño que sólo pretendía incluir noticias breves. El editor era el sobrecargo, JA McCubbin, y el "impresor del barco", A. Harris.

La figura del impresor no era desconocida en el barco porque trabajaba desde siempre en transatlánticos y buques de guerra, donde se encargaba de la impresión de los menús, los programas de conciertos o las órdenes del día. El diario generalmente era preparado por el sobrecargo y sus dos impresores (asistentes) utilizando una prensa de cama plana.

El periódico salía a imprenta en las primeras horas de la mañana, y los pasajeros disfrutaban del mismo en sus mesas de desayuno. Contenía por ejemplo, noticias de actualidad recibidas por el telégrafo del barco, actividades y entretenimientos abordo y anuncios de productos disponibles dentro y fuera del barco, cuentos, lista de pasajeros, marconigramas etc…